Un avance en las células T reguladoras abre nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades como la esclerosis múltiple
Un avance en las células T reguladoras abre nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades como la esclerosis múltiple
Un descubrimiento innovador en el campo de las células T reguladoras podría conducir a terapias más efectivas para enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple (EM). Investigadores de la Universidad de Cambridge han encontrado que estas células, un tipo de glóbulo blanco, no están confinadas a regiones específicas del cuerpo, sino que viajan constantemente por todo el organismo buscando y reparando tejidos dañados.
Esta nueva perspectiva contrasta con la creencia anterior de que las células T reguladoras existían como poblaciones independientes en diferentes partes del cuerpo. Los científicos ahora las describen como una fuerza unificada que se dirige a las áreas inflamadas, donde actúan para combatir la destrucción de los nervios y la consecuente pérdida de movilidad.
El Dr. Adrián Liston, profesor del Departamento de Patología de la Universidad de Cambridge, señala en un comunicado de prensa que este descubrimiento representa «nuevas reglas del sistema inmunitario» y a su vez, afirma que este «ejército sanador unificado» posee un amplio rango de capacidades, incluyendo la reparación de músculos lesionados, la mejora de la respuesta a la insulina por parte de las células grasas y el estímulo del crecimiento del cabello.
A diferencia de las células T efectoras, que combaten directamente infecciones a través de ataques a virus y bacterias, las células T reguladoras modulan la respuesta inmunitaria. Esto significa que su función principal es desactivar la respuesta inmune una vez que la amenaza ha sido superada.
El hallazgo de que las células T reguladoras actúan a nivel sistémico abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas. Los investigadores plantean la posibilidad de desarrollar fármacos que desactiven específicamente la respuesta inmunitaria en áreas específicas, como los pulmones, sin afectar el funcionamiento del sistema inmunitario en el resto del cuerpo. Esto contrasta con la mayoría de los antiinflamatorios inyectables actuales, que actúan en todo el organismo.
Los investigadores esperan que su descubrimiento conduzca a tratamientos más precisos y efectivos para enfermedades autoinmunes como la EM, con dosis más altas y específicas de fármacos y resultados más rápidos. Este avance representa un paso importante hacia el control de estas enfermedades debilitantes y mejora de la calidad de vida de los pacientes.