Solemnidad de San Pedro y San Pablo y Día del Papa

 

Cada 29 de junio se celebra la conmemoración del martirio, en Roma, de los Santos Apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, recordando a San Pedro como el elegido por Cristo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (Mt. 16,18)” y a San Pablo, conocido como el Apóstol de los gentiles quién fue un vehemente evangelizador. “Si Dios está con nosotros, ¿Quién estará contra nosotros? (Rm 8, 31)”.

La Solemnidad conjunta de estos dos Apóstoles es una de las mayores celebraciones religiosas para la Iglesia Católica; en esta fecha se festeja además, el día del Santo Pontífice, siendo el Papa el Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo.

En conmemoración a este día, el Papa Francisco celebró estas importantes fechas con una eucaristía en la que mencionó que como a los dos Apóstoles: Pedro y Pablo, la oración libera a toda la comunidad de los encierros tanto personales como comunitarios.

Durante su homilía el Santo Padre expresó: “La Palabra de Dios, de esta liturgia, contiene un binomio central: cierre – apertura. A esta imagen podemos unir el símbolo de las llaves, que Jesús promete a Simón Pedro para que pueda abrir la entrada al Reino de los Cielos y no cerrarlo para la gente, como hacían algunos escribas y fariseos hipócritas a los que Jesús reprende”.

Francisco continuó: “la lectura de los Hechos de los Apóstoles nos presenta tres encierros: El de Pedro en la cárcel; el de la comunidad reunida en oración y el de la Casa de María, madre de Juan, llamado Marcos, donde Pedro va a llamar después de haber sido liberado”.

En este sentido el Papa  hace mención a la oración diciendo que esta es “una forma de salir de nuestros encierros personales y comunitarios. Es la gran vía de salida de las cerrazones”.

El Papa Francisco culminó su homilía pidiendo a San Pedro y San Pablo que intercedan “para que podamos hacer este camino con la alegría, experimentar la acción liberadora de Dios y testimoniarla a todos”.