Resurrección del Señor
El Domingo de Resurrección es la fiesta de las fiestas, que inaugura un tiempo nuevo, el tiempo de la nueva creación, que abarca no sólo a las personas sino también al universo entero; es un tiempo de alegría, un tiempo de esperanza, un tiempo de gozo y de preparación para nuestro encuentro definitivo con el Señor, el día de nuestra propia pascua.
Conozca:Sentido Teológico, Sentido Litúrgico y Sentido Pastoral
Cada domingo, día del Señor, el gozo de la Resurrección y de la nueva vida que Jesús nos trajo, crece, se renueva y fortalece, en la celebración eucarística vivida consciente y activamente.La Eucaristía renueva para nosotros el misterio pascual de Jesús, alimenta nuestra fe y nuestra esperanza cristiana y nos ayuda a cumplir nuestro compromiso con Jesús: hacer vida el Evangelio. ¿Cómo vivir realmente el domingo? Es importante para el cristiano de hoy, recuperar el sentido profundo que tiene para nosotros el domingo. Es el día en que los miembros de la Iglesia, como familia que somos de Dios, nos reunimos para celebrar el gozo pascual que Cristo nos dio con su resurrección. El papa Juan Pablo II en su carta apostólica “Dies Domine” (día del Señor), quiere ayudar al creyente de hoy a recuperar el sentido que tiene para su vida el domingo. Busca despertar en el corazón de cada ser humano las verdaderas motivaciones que debe tener para celebrar como Iglesia que quiere vivir la fe en relación con los demás. El domingo es realmente una síntesis de toda la vida del cristiano y el acontecimiento pascual de Jesús debe ser como una condición para vivirlo con alegría y gozo. Es para el creyente un día de fiesta y no puede vivir su fe si no toma parte activa en la asamblea dominical. En la Eucaristía se realiza la plenitud del culto que el hombre debe darle a Dios como una permanente acción de gracias. Es mediante la celebración Eucarística dominical y semanal como el hombre sigue haciendo presente el misterio pascual de Cristo, no como un simple recuerdo, sino como una prolongación de la única pascua que nos pone a la espera de su segunda venida, para hacer un cielo nuevo y una tierra nueva. Es en la celebración eucarística donde vivimos la fe en relación con el otro. Preparémonos con alegría para vivir, en nuestra Diócesis de Cúcuta, la fe en la “Cincuentena pascual”.