Cultura

¿Y la formación a lo largo y ancho de toda la vida?

¿Y la formación a lo largo y ancho de toda la vida?

Por: Andrés Alejandro Vargas Rubio, Coordinador de Programa de Comunicación Social Distancia. Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO Rectoría Caribe. Centro Regional Barranquilla.

«Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma…» Gabriel García Márquez

Es común escuchar de muchas personas que nunca dejamos de aprender y que aprendemos de todo y de todos. Sin embargo, parece que es una suerte de azar, que, por las circunstancias de la vida, nos lleva a aceptar una ver­sión de la verdad que no habíamos considerado. Pero ¿dónde queda la intención y el deseo por estu­diar por el placer de conocer, re­flexionar, pensar, saber y conocer cómo han pensado otros? No me refiero a lo que ocurre en la edu­cación formal, aunque también la incluye, sino a la disposición por relacionarse con el conocimiento.

Recientemente, en las universida­des, existe la preocupación que los graduados de pregrado y posgra­do regresen cada cierto tiempo a sus aulas para que puedan actua­lizarse en las últimas tendencias de sus áreas de conocimiento, o incluso, que los adultos mayores, cansados de sus profesiones u oficios, puedan regresar a la “U” a aprender otras cosas. Se piensa en diferentes estrategias, alterna­tivas y metodologías con las que puedan seducirlos y convencerlos, invirtiendo tiempo y recursos du­rante cada año para lograrlo.

Para ello, sus unidades de Educación Continua han pasado a abanderar el proyecto de “educación/forma­ción a lo largo de toda la vida”, dejando de lado los fríos y rígidos portafolios de seminarios, talleres y diplomados hechos “a la medida de sus creadores”, y pasando a una formación a la medida de quienes quieren seguir formándose; ade­más, la creatividad los ha llevado a conectarse con el mundo digital, ofreciendo insignias, certificacio­nes, lazos y demás elementos de resaltar para los perfiles en las di­ferentes redes laborales. No son pocas las plataformas que ofrecen contenidos educativos de exce­lente calidad, con procesos de cu­raduría muy precisos y rigurosos para garantizar esas habilidades en quienes se inscriben en sus cur­sos; incluso, aquellas habilidades del mundo del trabajo, han ido permeando poco a poco a las ins­tituciones que habían desdeñado de ellas, relegándolas al banquillo de los acusados.

Aprendemos a lo largo de la vida en términos cronológicos, pero también a lo ancho en términos de existencia. El tiempo Cronos y el tiempo Kairós. A lo largo, son los profesores, los maestros, esos que nos acompañan, los que an­ticipan nuestros pensamientos en los gestos que hacemos de sorpre­sa o desagrado son los que toman nuestra mano para caminar juntos.

Es una forma muy particular de relación con el otro; sin embargo, a lo ancho, encontramos los exá­menes, las circunstancias de la vida que ponen a prueba el carác­ter, la templanza, nuestra dimen­sión ética, toda nuestra condición humana.

Lo bueno de todo esto, es que nos permite crecer y no creernos producto terminado; lo malo, los maestros no están. Para eso nos prepararon, para caminar solos en unos tramos y en otras ocasiones, tomando las manos de otros y an­ticipando su gesto, tal como hicie­ron con nosotros.

Es urgente como sociedad que aprendamos que nuestra vida se forja a lo largo de nuestras edades, pero también a lo ancho en nues­tras diferentes dimensiones como seres humanos. Esa conciencia es fundamental para dejar de pensar en títulos y concentrarnos en el sentido y las fuentes que lo gene­ran en cada uno de nosotros, que tanta falta hace. Si le hubiéramos prestado más atención a nuestros profesores, escuchando lo que es­taba detrás de la explicación técni­ca, lo habríamos aprendido.

A los maestros y maestras que tra­bajan por esa formación en nues­tros estudiantes, un cálido abrazo de felicitación por esa labor de educar y formar.