Cultura

¿Por qué se celebra el Día Mundial del Agua?

En el marco del Programa 21 o Agenda 21, que se dio en La Cumbre de la Tierra del año 1992 en Río de Janeiro (Brasil), se pre­sentaron 40 capítulos que influyen en la con­servación del Medio Ambiente, entre ellos, está el capítulo número 18, que se enfoca en el agua como recurso para el desarro­llo sostenible.

El Programa 21 plantea además, la inno­vación tecnológica y la cooperación entre agentes sociales y económicos como ejes para el cambio. Este plan de acción se pro­puso para que fuese adoptado a nivel uni­versal por la Organización de las Naciones Unidas y Gobiernos, adquiriendo el com­promiso de actuar en pro de una mejora am­biental continua, a través de la elaboración de planes de acción locales.

En aquella Cumbre de 1992 se abordaron las problemáticas de la deforestación, pérdi­da de ecosistemas, mal uso del agua, situaciones que se agra­van con la pobreza, el hambre y la desigualdad social, por lo que pusieron mayor atención en el capítulo 18 del Programa 21, donde habla sobre la calidad y suministro del agua dulce. De allí, surge la idea de estable­cer un día mundial, en el que se busque generar conciencia sobre la importancia de las fuentes hídricas.
El 22 diciembre de 1992 se presentó el pro­yecto, y para febrero de 1993, la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) aprobó que el 22 de mar­zo de cada año, sería el Día Mundial del Agua.
“El agua se necesita en todos los aspectos de la vida. El objetivo general es velar por­que se mantenga un suministro suficiente de agua de buena calidad para toda la población del planeta y preservar al mismo tiempo las funciones hidrológicas, biológicas y quími­cas de los ecosistemas, adaptando las activi­dades humanas a los límites de la capacidad de la naturaleza y combatiendo los vectores de las enfermedades relacionadas con el agua. Es preciso contar con tecnologías in­novadoras, entre ellas las tecnologías locales mejoradas para aprovechar plenamente los recursos hídricos limitados y protegerlos contra la contaminación”. (Naciones Uni­das, Programa 21: capítulo 18 No.2). La im­portancia del agua siempre ha sido un tema relevante, sin embargo, con el paso de los años, no se ha detenido el mal uso de estos, incluyendo la afectación del cambio climá­tico por otros factores, pero que también ge­nera escasez del preciado líquido.
Precisamente, para este año, el tema central en el Día Mundial del Agua es el cambio climático. La ONU invita a continuar de­sarrollando actividades que fomenten la conservación de los recursos hídricos y concienciar sobre las accio­nes del día a día que alteran los ecosistemas y produce fuertes consecuencias en el clima.
El agua en Colombia
Colombia está catalogado como el cuarto país del mundo con mayor volumen de agua, ya que posee dos océanos, tres cor­dilleras, el 50% de los páramos a nivel mundial (el 85% del agua potable proviene de ellos) y más de 700.000 mil extensiones de agua distribuidas en ríos, lagunas, etc.
Pero el anterior panorama no es suficien­te para estar tranquilos, ya que el 58% de la población rural colombiana no tiene acceso a agua potable y aproximadamen­te 4.000 niños en el departamento de la Guajira han muerto en los últimos 10 años por desnutrición y falta de agua apta para el consumo humano. Según el Estudio Na­cional del Agua del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), cerca de 760.000 tone­ladas de desechos biodegradables y 920.000 toneladas de materia orgánica no biodegra­dable reciben los ríos cada año, debido a las prácticas abusivas en negocios como la agricultura, el transporte fluvial, la construc­ción, el turismo, la minería, entre otras. Por otra parte, el cambio climático ha ocasiona­do que cada año se esté perdiendo el 3% del área glaciar. Estudios aseguran que para el año 2050, el 60% de los páramos habrá des­aparecido.

“¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?”: Papa Francisco 

El 24 de mayo de 2015, el Papa Francisco publicó la Carta Encíclica Laudato Si’ (Ala­bado seas), un documento guía donde pro­pone una ecología integral, para el cuidado de la Creación, de la casa común.

Este año, la Encíclica cumple su quinto ani­versario, por lo que Su Santidad ha invitado a vivir una semana a nivel mundial, para promover este mensaje y renovar el compro­miso de la humanidad con la Tierra. Del 16 al 24 de mayo la Iglesia Católica celebrará la Semana Laudato Si’. El Papa afirma que “el clamor de la tierra y el clamor de los pobres no dan para más”, insiste en cui­dar el don del Dios Creador: la casa común. “Celebremos juntos la Semana Laudato si’. Que Dios los bendiga. Y no se olviden de rezar por mí. Gracias”, puntualiza el Pontí­fice en un breve video difundido la primera semana de marzo.

La Semana Laudato Si’ es impulsada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Movimiento Cató­lico Mundial por el Clima, este último fue creado en 2015, por familias, miembros, organizaciones de la Iglesia Católica, com­prometidos como ciudadanos responsables y seguidores de Cristo, a aplicar esta Encí­clica.

En la página web www.laudatosiweek.org/ es/home-es/, se encuentra toda la informa­ción acerca de la Semana Laudato Si’, re­cursos e ideas para esta celebración y así, los fieles desde sus comunidades, contribuir con soluciones para reducir la crisis ecológica.

En el Día Mundial del Agua también es im­portante tener en cuenta este texto que hace cinco años el Papa Francisco publicó para responsabilizar a los hombres y mujeres con la Creación y promover la transformación de la sociedad en pro de la casa común. 

El agua en Laudato Si’

El Papa Francisco expone en la Carta En­cíclica Laudato Si’, cómo los sectores más ricos de las sociedades tienen el hábito de gastar y tirar; países desarrollados rebasan los límites de explotación del planeta. Mien­tras que, para los pobres el acceso a agua de calidad es escasa, produciéndose problemá­ticas de salud pública y numerosas muertes.

En el capítulo II, “La cuestión del agua”, el Papa manifiesta que “el acceso al agua pota­ble y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. Esta situación, es para Su Santidad, una problemática que radica en la educación y la cultura, ya que no hay conciencia de la gravedad, por lo que se presenta la gran inequidad.