Salud

La idealización de la belleza: Sephora girls

La idealización de la belleza: Sephora girls

Por: Glenda Estupiñan, comunicadora social. 

En la sociedad actual se ha ten­dido a idealizar la cultura de las “tendencias” un término que por estos días se ha hecho muy fa­moso sobre todo en redes sociales; su auge se debe a videos que inducen a cualquier usuario de internet a consu­mir lo que están percibiendo desde las pantallas de un dispositivo; sin em­bargo, el problema de ello es que con esta exposición (que ahora atrapa a cualquiera), se está llevando consigo y atando sin precedentes a un público mucho más joven y desprotegido: los pre-adolescentes.

La tendencia conocida como “Sephora girls” ha suscitado preocupación entre muchos padres, ya que es un tema que escapa a su control y está al alcance de un simple clic. Esta tendencia ha amplificado una problemática que se agrava aún más cuando el término se ha normalizado y difundido bajo el famoso “Skinca­re”. Esto es resultado de una cultura con­sumista que ideali­za una piel ideal, basada en están­dares de belleza que promueven la perfección y juventud eter­na, como las pieles de por­celana libres de imperfecciones o signos de en­vejecimiento.

Para resumir el tema, ima­ginemos el siguiente escenario: niñas de 10 años comprando productos antiarrugas o maquillaje de alta co­bertura. Aunque es algo típicamente asociado con mujeres de mayor edad, resulta aún más sorprendente cuando se observa en niñas tan jóvenes. Lo preocupante es lo “normal” o “gra­cioso” que pueda parecer para las personas esta situación, impulsada principalmente por plataformas vira­les como TikTok, donde a tan tempra­na edad ya están familiarizadas con la terminología y el uso de estos productos en sus rostros (cre­mas hidratantes, serum, cremas para los ojos e incluso cremas antiedad).

Es alarmante ver cómo se les roba el es­pacio a activi­dades propias de la infancia, como jugar con muñecas o disfrutar de otras re­creacio­nes. En pocas palabras, esta tendencia afecta el desarrollo de la niñez.

Según Alejandro Lobato, del Servi­cio de Dermatología del Hospital del Mar de Barcelona, asegura que exis­te un término que, aunque no ha sido aprobado por la comunidad científica, es útil para hacer referencia a dichos factores de comportamiento excesivo frente al uso de maquillaje en sus di­ferentes presentaciones. La cosmeti­corexia, es un término que encapsula los riesgos asociados con la existente obsesión por la belleza, caracteriza­do por un uso excesivo y obsesivo de cosméticos, maquillaje y productos de aseo personal.

Según Lobato, uno de los aspectos más preocupantes de la cosmetico­rexia es su impacto en la salud de la piel, especialmente en personas en etapas tempranas de desarrollo, como los niños y adolescentes, “antes de la pubertad, la piel está en un esta­do crucial de desarrollo que requiere cuidados específicos, como la limpie­za adecuada y la protección solar. El uso excesivo de cosméticos puede in­terferir con estos procesos naturales, aumentando el riesgo de irritaciones, alergias y otros problemas dermato­lógicos”. Además de las implicacio­nes físicas, la cosmeticorexia también plantea desafíos importantes desde una perspectiva psicológica y social.

Por un lado, la presión por cumplir con los estándares de belleza im­puestos por la sociedad y los medios de comunicación puede contribuir a sentimientos de inseguridad y baja autoestima, especialmente entre las personas más jóvenes. La psicóloga Carolina Morales Arias, de la Univer­sidad Javeriana de Bogotá, subraya la importancia de abordar estos proble­mas subyacentes para promover una relación saludable con la imagen cor­poral y el autocuidado.

Para las ‘Sephora girls’, estas tenden­cias promovidas en estas plataformas han exacerbado la comercialización agresiva de productos cosméticos y a su vez vemos cómo se cataliza la insatisfacción, reflejadas en aspectos como: la apariencia y sintiendo la ne­cesidad de recurrir a productos cos­méticos como una forma de compen­sar sus percepciones negativas sobre sí mismas.

En conclusión, este es un fenómeno complejo que requiere una respuesta multifacética por parte de la comu­nidad médica, educativa y social. Es fundamental promover una cultura de autocuidado saludable que priorice el bienestar físico y emocional sobre los estándares de belleza inalcanzables. Debido a que, al abordar estos pro­blemas de manera integral, podemos trabajar hacia un futuro donde la sa­lud y la auto aceptación sean valores fundamentales y donde la belleza se entienda como una expresión única de la diversidad humana.

Tomado de La Verdad