Cultura

Consejos para aprovechar al máximo Google Académico

Por: Andrés Ariza, Ingeniero de Sistemas.

El servicio de búsqueda de Google se usa todos los días para cosas tan variadas como ver el estado del tiempo, las noticias o entender algo nue­vo, pero muchos aún no conocen todo su potencial.

Google académico es una de las tantas bases de datos que agrega contenido de investigación relevante. También están Microsoft Académico, Scielo y Dialnet, por mencionar otras. En la herramienta de Google se encuentran artículos indexados a revistas científicas, versiones previas a una publicación y literatura gris, es decir, estudios de caso y estados del arte de un tema específico.

Para aprender a sacarle provecho a la herramienta, que nació en 2006, vale la pena dar un rápido vistazo a cómo fun­ciona el mundo editorial en la web. Ville­gas-Ceballos, que trabaja ayudando a las bibliotecas a transformarse en lo digital, explica: “Hay dos grandes editoriales en la ciencia: Elsevier (dueña de Scopus) y Thomson Reuters (dueña de Web of Ciencia/Web of Knowledge). Ambas tienen muchas bases de datos en temas especializados. Las mejores y que tienen los artículos más recientes no son abiertas: una suscripción anual puede costar hasta 150.000 dólares. La mayor parte del contenido que mues­tra Google son de estas editoriales y no está abierto, pero explorando los filtros y las búsquedas avanzadas se puede llegar a material científico útil”.

¿Cómo entender los resultados?

Cuando usted pone un término en la barra de Google Académico, los primeros re­sultados que el buscador le mostrará son los que considera relevantes de acuerdo con sus intereses. No serán ni los más re­cientes ni los que están abiertos, es decir, que se puedan leer.

Del lado derecho identifique el formato en el que están disponibles los resulta­dos y la página web donde se encuen­tra; también si se trata de un libro. Si encuentra un resultado útil lo puede guardar con la estrella que aparece abajo y luego encontrará la información en la parte superior derecha, donde dice “Mi biblioteca”. Eso le evitará abrir cada resultado en una pestaña nueva y llenar la barra de su navegador. Luego pruebe con los filtros para encontrar artículos abiertos y rele­vantes para su objetivo de investigación.

Puede elegir que le muestren resultados solo desde un año específico o en un lapso determinado. También puede con­figurar una alerta en el sobre que aparece en la columna de izquierda, eso hace que Google le envíe el contenido más recien­te que añada sobre un término específico de búsqueda como “aves marinas”.

Si el artículo que se ve más llamativo para usted está cerrado, pruebe dando clic en la opción “artículos relaciona­dos” o “todas las versiones”, que mues­tra el contenido más antiguo de un mis­mo artículo pero que de pronto puede estar abierto y tener la información que usted necesita.

Google da recomendaciones para nova­tos e investigadores avanzados en su pá­gina de ayuda: “Si eres nuevo en el tema, puede ser útil recoger la terminología de fuentes secundarias. Por ejemplo, un ar­tículo de Wikipedia sobre “sobrepeso” podría sugerir una búsqueda académica de “hiperalimentación pediátrica”. An­tes de ir a una base de datos, conozca los términos especializados para ir al grano.

“Del mismo modo, si los resultados de la búsqueda son demasiado básicos para usted, haga clic en “Citado por” para ver los trabajos más recientes que los han re­ferenciado. Estos trabajos más recientes suelen ser más específicos”, se explica en la web de ayuda de la base de datos.

Para acceder a esta gran herramienta de Google basta con escribir en el busca­dor google académico y en la primera opción ingresar por medio de un clic, o por medio del siguiente enlace https:// scholar.google.com/, cabe aclarar que para se puedan guardar los títulos rela­cionados en nuestra búsqueda debemos haber ingresado con nuestra cuenta de Gmail, una ventaja que permite esta he­rramienta es que podemos obtener la cita bibliográfica del documento en formato APA, ISO690 y MLA.