“En Dios todo lo puedo”
Afirma con pleno convencimiento la hermana Ney María Toro, religiosa de la comunidad Nueva Vida, invita especial al Programa Testigos de fe del 11 de junio. Espacio proyectado contexto del año de la Vida Consagra, proclamado por el papa Francisco.
Ney María toro Montejo nació en Teorama, Norte de Santander el 6 de enero de 1965, estudió la Primaria en la escuela rural Puente real, el Bachillerato en el colegio Guillermo Calderón Quintero en Convención, Ocaña; posteriormente, en la universidad Santo Tomas De Aquino estudió Licenciatura en educación preescolar, se especializó en ética y pedagogía en la Universidad Juan de Castellanos y estudió Misionologia en las Obras Misionales Pontificias.
Consagrada el 25 de agosto de 2001, pertenece a la comunidad religiosa Misioneras de la Nueva Vida.
Formada en una familia unida por la oración, la hermana Ney recuerda que sus padres le enseñaron a rezar el Santo Rosario el cual realizaban todos los días. Su abuela, un personaje importante en su vida, le enseñaba oracione,q ue aún recuerda y recita.
Describe a su mamá como una persona sensible, siempre dispuesta ayudar al más necesitado en momentos difíciles. Estos actos, hacían que la hermana Ney se acercara mucho más a Dios y la comprensión por parte de sus padres hizo que escogiera el camino correcto.
De pequeña compartía con sus compañeros los fines de semana. Uno de los juegos favoritos era básquet, el cual disfrutaba con mucha alegría en las canchas del pueblo que la vio crecer.
Lleva viviendo en Cúcuta 28 años, tiempo en el que ha prestado sus servicios en diferentes partes de la ciudad. Su vocación le ha permitido compartir en comunidades como: Cerro Pico, donde realizó trabajo pastoral por un 1 año; en el Cerrito, Santa Rosa de Lima, Santa Cecilia, el Salado, Bella Vista, San Fernando, Chinácota.
La religiosa afirma que la experiencia de trabajar con la comunidad es muy significativa. “Yo evangelizo con los pobres, con los que están tristes. La experiencias de poder acompañar aquellas personas cuando atraviesan por algún momento difícil es algo motivante”.
Las personas que siempre estuvieron acompañando el proceso vocacional fueron su familia, los sacerdotes Cesar Prato y Freddy Ochoam y la Hermana Consuelo Arcila.
Uno de los personajes que más admira por su sencillez y santidad es el papa Juan Pablo II. La Sagrada Escritura es su libro preferido. Afirma que él se encuentra la sabiduría de Dios.
Entre los talentos que posee la hermana Ney está la escritura y el teatro.