Salud

¿Existen personas tóxicas?

Por: Pbro. Ender Gabriel Ruiz Villamarín, psicólogo
 
“Cualquier persona que sufra, alguna enfermedad men­tal, siempre lleva impresa la imagen y semejanza de Dios; Y tie­ne el derecho inalienable de ser con­siderado una persona y tratado como tal”. Papa san Juan Pablo II.

Foto: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

Cuando se pretende hacer una re­flexión sobre un concepto es necesa­rio conocer la etimología para ser fiel al contexto y a la intención. 

Según la Real Académia Española, el término tóxico proviene del latín toxĭcum ‘veneno’, y este del griego τοξικόν ‘toxikón’: veneno para em­ponzoñar las flechas; ‘veneno’, deri­vado, de τόξον tóxon: arco. En con­clusión, algo tóxico contiene veneno o produce envenenamiento. 

Hoy día, con el auge de nuevas co­rrientes que se apoyan en la ciencia de la psicología o en apreciaciones subjetivas, más de gusto y aceptación que de estudio científico, se ha pre­tendido utilizar conceptos coloquiales para referirse a ciertos tipos de com­portamientos y conductas; por eso escuchamos decir: “esta persona es tóxica”. 

Y ha sido tan viral esta expresión que abarca diversos entornos de la vida del ser humano: se utiliza en la situación sentimen­tal, en las relaciones de amistad, en la re­lación familiar, en el ambiente laboral, en­tre otros. 

Se puede resumir que la “persona tóxica” tiene unos criterios para ser detectados y enjuiciados por el peso de las demás personas. Es tan po­pular escuchar este lenguaje que hasta en broma se utiliza. 

Pero debemos ser objetivos como profesionales de la salud y basarnos en estudios y conceptos que tengan resultados en la ciencia, utilizar cierto lenguaje en el afán de ser cercano y popular puede llevar a ver la ciencia de la psicología como algo mediático y superficial. 

Personalmente no soy partidario de utilizar la palabra “toxica” para re­ferirme a una persona con ciertos problemas de salud mental, hay que conocer cada historia, tener empatía, pasar horas de escu­cha, percibir las emo­ciones, entender cada pensamiento, pues considero que cada persona a través del lenguaje verbal y no verbal pide una ayuda para poder sobrelle­var la vida. 

Según el DSM 5, ma­nual diagnóstico y es­tadístico de trastornos mentales; no existe el trastorno de persona tóxica, ni hay los cri­terios para detectarla. En este texto lo que si se encuentra son los criterios científicos con estudios serios y ri­gurosos que por años le ha permitido posicionar a la psicología como una ciencia en crecimiento y mayor cre­dibilidad. En la sección II del DSM 5 se inclu­yen los criterios y códigos diagnósti­cos de los diferentes trastornos:

 

  • Trastornos del neurodesarrollo.
  • Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
  • Trastornos bipolares y relacionados.
  • Trastornos depresivos.
  • Trastornos de ansiedad.
  • Trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados.
  • Trastornos relacionados con traumas y estresores.
  • Trastornos disociativos.
  • Trastornos de síntomas somáticos.
  • Trastornos de la alimentación y de la conducta alimentaria.
  • Trastornos de la eliminación.
  • Trastornos del sueño.
  • Disfunciones sexuales.
  • Disforia de género.
  • Trastornos disruptivos, del control de impulsos y conductuales.
  • Trastornos adictivos y de consumo de sustancias.
  • Trastornos neurocognitivos.
  • Trastornos de la personalidad.
  • Trastornos parafílicos.
  • Otros trastornos.

En conclusión, no hay una persona tóxica, existen seres humanos atra­pados en problemas de salud mental, que requieren con urgencia procesos para mejorar la calidad de vida. 

Por último, recomiendo leer el docu­mento: “Esperanza y sanación. Carta pastoral de los Obispos de California sobre los cuidados para las personas buenas que sufren de enfermedades mentales”, dirigida a todos los católi­cos y personas de buena voluntad. 

Referencias: 

– https://dle.rae.es/t%C3%B3xico.

– Echeburúa, Enrique, Salaberría, Karmele, & Cruz- Sáez, Marisol. (2014). Aportaciones y Limitaciones del DSM-5 desde la Psicología Clínica. Terapia psicoló­gica, 32(1), 65-74. https://dx.doi.org/10.4067/S0718- 48082014000100007.

– http://www.dsj.org/wp-content/uploads/2019/02/CC­CB-Mental-Health-Letter-FINAL-Spanish.pdf.