Pesadillas y alucinaciones podrían ser un signo precoz de enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide
Pesadillas y alucinaciones podrían ser un signo precoz de enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide
Un reciente estudio publicado en el digital eClinicalMedicine, del reconocido semanario médico británico ‘The Lancet’, ha revelado síntomas poco comunes que podrían indicar la exacerbación de ciertas enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas. Se ha comprobado que tanto las pesadillas como las «pesadillas diurnas» (alucinaciones experimentadas en estado de vigilia) pueden ser señales de advertencia de la aparición de enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide.
«Un descubrimiento interesante fue que ciertos síntomas, incluyendo las pesadillas, se reportaban como anteriores a otros síntomas de la enfermedad, lo que sugiere que podrían servir como un sistema de alerta temprana para la creciente actividad de la enfermedad. Esto podría llevar a un tratamiento más precoz y a un mejor apoyo», afirmó Melanie Sloan, autora principal e investigadora en el Departamento de Salud Pública y Atención Primaria de la Universidad de Cambridge.
Según Sloan, el equipo alcanzó estos resultados adoptando un enfoque centrado en el paciente, enfocándose en sus experiencias y descripciones de los síntomas, en vez de depender únicamente de las observaciones de médicos e investigadores. Las pesadillas y alucinaciones que los pacientes experimentan, según el estudio, frecuentemente presentan temas recurrentes, aterradores y violentos.
Por ejemplo, un paciente de Canadá describió sus pesadillas como «normalmente bastante aterradoras, como si me persiguiera un asesino en serie, y en los últimos años se ha repetido la misma» y añadió «Siento como si tuviera mis piernas o algo así, aún puedo sentir algo en mis propias piernas incluso cuando estoy despierto». Otro paciente en Inglaterra relató la recurrencia de pesadillas en las que él es el perpetrador. Algunos de los síntomas que típicamente aparecen al inicio de los brotes incluyen aumento de la fatiga, síntomas sensoriales (como hormigueo en las manos), problemas cognitivos y cambios de humor.
Sin embargo, según Sloan, el estudio descubrió que, aunque los síntomas que conducen a un brote son consistentes, tienden a variar de un paciente a otro. Mientras que un paciente puede experimentar problemas cognitivos, pérdida de equilibrio y aumento de la ansiedad antes de un brote, otro puede sufrir pesadillas y una «sensación de irrealidad», lo que complica la creación de una lista estándar de síntomas a monitorear.