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Las partículas contaminantes en el aire se convierten en la principal amenaza para la salud mundial, cobrando más vidas que el tabaquismo

Las partículas contaminantes en el aire se convierten en la principal amenaza para la salud mundial, cobrando más vidas que el tabaquismo

Un informe alarmante de la UNICEF, respaldado por científicos del Instituto de Efectos en la Salud (HEI), revela que la contaminación del aire, tanto en interiores como en exteriores, se ha convertido en la principal causa de muerte ambiental, superando al tabaquismo. Más de ocho millones de personas fallecieron en 2021 a causa de la contaminación, entre ellas 700.000 niños menores de cinco años.

Foto tomada de: France24

Las partículas finas PM2.5, de menos de 2.5 micrones de diámetro, son las principales responsables de estas muertes. Estas minúsculas partículas penetran en los pulmones y el torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades como cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas, diabetes y otras afecciones respiratorias.

El informe también destaca el creciente impacto del ozono, un contaminante intensificado por el calentamiento global, en la salud pública. «Cada vez más regiones experimentan episodios breves pero intensos de contaminación del aire», como los provocados por incendios forestales u olas de calor, según la Dra. Pallavi Pant del HEI.

Si bien se han realizado esfuerzos para promover el uso de cocinas menos contaminantes, principalmente en Asia y África, aún queda un largo camino por recorrer. El informe reconoce que estas medidas han contribuido a reducir a más de la mitad la mortalidad infantil relacionada con la contaminación del aire desde el año 2000.

Combatir la contaminación del aire requiere un esfuerzo global que incluya:

  • Reducción de las emisiones: implementar políticas públicas que fomenten el uso de energías renovables y reduzcan la dependencia de combustibles fósiles.
  • Promoción de tecnologías limpias: incentivar el uso de tecnologías de cocina menos contaminantes y mejorar la eficiencia energética en los hogares.
  • Inversión en la calidad del aire: fortalecer los sistemas de monitoreo de la contaminación y financiar investigaciones para comprender mejor sus efectos en la salud.
  • Conciencia y educación: informar a la población sobre los riesgos de la contaminación del aire y promover hábitos que contribuyan a un ambiente más saludable.

La lucha por un aire puro es una responsabilidad compartida. Solo trabajando juntos podremos proteger la salud de las generaciones presentes y futuras.