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“La vida Consagrada es en la Iglesia un signo luminoso del amor de Dios”: Obispo de Cúcuta

En desarrollo del encuentro mensual de la Vida Religiosa presente en la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ocho Cadavid, obispo de esta Iglesia Particular destacó el importante aporte que brinda la Vida Religiosa a la Iglesia al “haber encontrado en la variedad de los carismas un modo de ser en la Iglesia. Vuelve al corazón la palabra de Santa Teresa del Niño Jesús que encontró su lugar en la Iglesia: ser el amor para serlo todo”. 

En este sentido señaló el obispo: “La Iglesia mira a los religiosos, hombres y mujeres, como testigos y carta viva para los fieles, que ven en ustedes la consagración total y diaria a nuestro Dios, Nuestro Señor”. 

Durante la jornada, que se desarrolló el 9 de octubre en el colegio Sagrados Corazones, Monseñor Víctor Manuel también invitó a los religiosos y religiosas a reflexionar sobre las virtudes teologales que son fundamento de la vida del cristiano: La Fe, la Esperanza y la Caridad. 

Respecto a la Fe, el prelado enfatizó que es la respuesta a la manifestación misericordiosa de Dios. Se cultiva estando a los pies de Jesús, escuchándolo. La Lectio Divina, tiene que ser la base de nuestra espiritualidad, de nuestro seguimiento de Cristo y de su Evangelio”. 

“En nuestra Iglesia necesitamos la fe. Hay que cultivarla renovando en nuestras casas de Vida Consagrada una constante y piadosa búsqueda de la verdad. Cúcuta se encuentra en una frontera, un cruce de caminos donde hay muchas personas que necesitan de Cristo (…) a ustedes les corresponde un contacto directo con ellos. Tenemos un Plan Pastoral que desea poner a Cristo en el corazón de todos los cristianos de esta ciudad”. 

“Hermanos consagrados, ustedes son la esperanza”, agregó el prelado al señalar que los religiosos, religiosas son “forjadores” de hombres y mujeres de bien, pues al realizar sus obras con amor, son consuelo de los pobres, alegría de los tristes y voz fervorosa que muestra los horizontes de una vida mejor. 

“Nacimos como Iglesia del amor con el que Jesús subió a la Cruz y la iluminó con su sacrificio”. El amor corrige, el amor orienta, el amor muestra caminos y acompaña para recorrerlos. 

Finalmente, Monseñor Víctor Manuel, tras aminar animar a los religiosos y religiosas a seguir dando lo mejor de sus vida a Cristo, en la consagración y ejercicio de sus carisma señaló: Amadísimos consagrados: Dios les permita creer con fe, confiar con esperanza y entregar el corazón con un amor transparente, puro, luminoso”. 

El encuentro mensual de Vida Religiosa tiene como objetivo fortalecer la vida comunitaria, los espacios de oración y formación, motivando a estos consagrados en su entrega generosa y labor misionera.