Un amante de la alfarería
Moldear el barro, elaborar vasijas, moyas, ollas, pocillos, materos, tiestos y objetos decorativos para el hogar, son algunas de las cosas que realiza el señor Víctor Manuel Conde Durán, habitante del municipio de Cácota. El arte de la alfarería según lo manifestó, ha sido heredado de generación en generación en su familia, que encontraron en el oficio un medio de subsistencia.
La experiencia de Víctor en la actividad son 40, su lugar de trabajo es una vivienda de la vereda Fontibón; allí tiene el taller en donde con técnicas rudimentarias y sin utilizar ninguna máquina, torno o moldes, elabora sus creaciones que al ser comparadas con las fabricadas, industrialmente no tienen nada que envidiarles.
Algunas pautas del proceso de fabricación de las creaciones del talentoso alfarero son:
- En un primer momento adquiere el barro; luego en la casa empieza a triturar con piedras los terrones y para sacarles las impurezas utiliza un cernidor de arena.
- Después lo deposita en un tonel en donde por 15 días se ablanda con agua.
- Una vez está curado el barro lo pasa a un cuero de res en donde lo revuelve con arena que extrae de una piedra especial de color blanco brillante. Con un madero como especie de mortero, dejándolo a punto para empezar la labor.
- Después de dar forma al barro, lo deja dos días para que sequen.
- Cumplido ese plazo las lleva al horno artesanal para quemarlas y poder sacarlas a la venta.
Hoy en día Víctor es uno de los pocos artesanos que quedan en la región y como amante del arte dice estar dispuesto a compartir sus técnicas y experiencias con niños y jóvenes, con el fin de no dejar morir el gran legado que por décadas le ha brindado tanta felicidad.